top of page

HISTORIA COLEGIO

A finales del siglo XVIII ya existía en el mismo lugar que hoy ocupa el Balmes una casa escuela de niños. En ese momento Ruzafa era un pueblo. Desde 1841 D. Francisco Javier Aguilar Solaz, regentaba la antigua escuela pública de Ruzafa como titular y maestro de primera enseñanza. Posteriormente, se hizo una nueva escuela también regentada por el mismo docente. Cinco meses después de su construcción se derrumbó y causó numerosos heridos, la muerte del maestro Aguilar y la de diez alumnos. Era el 2 de junio de 1863. El maestro había avisado del riesgo a las autoridades muchas veces, incluso la misma mañana que se produjo el siniestro pero nadie le hizo caso. Su actuación fue heroica, murió por salvar a sus alumnos. La ciudad de Valencia se lo reconoció dándole su nombre a la calle donde estaba la escuela, actualmente la del Colegio Público Jaime Balmes. Después de esta triste historia se habilitó un edificio alquilado por el Ayuntamiento junto a la escuela de niños de Ruzafa. Esta escuela también, con el paso del tiempo, se deterioró. 1888 las autoridades decidieron que había que hacer una nueva escuela en el lugar que ocupaba la escuela del Maestro Aguilar. El arquitecto, D. Eugenio López, en 1911 hizo un proyecto ambicioso para construir una escuela moderna, graduada, alejada de las escuelas unitarias y con todas las exigencias académicas de espacios: patio, biblioteca ... El edificio estaba dividido en dos secciones: la de Maestro Aguilar para niñas y la de Pintor Salvador Abril para niños. El patio estaba dividido por una valla para separar niños y niñas. 1913 la Comisión de Instrucción Pública cambia el nombre previsto "Menéndez y Pelayo" por el nombre del ilustre sabio y filósofo: Jaime Balmes, "nombre que permitirá a los niños pronunciarlo con más brevedad". Comenzó a funcionar el centro 1915 con actividades de formación diversas y ya se solicitó la creación de un aula de párvulos en la sección de niñas. Será escuela graduada desde el 1 de septiembre de 1919. El primer director del Balmes fue Francisco Monterde, trabajador incansable y hombre de gran validez personal. La escuela de chicas fue dirigida por Pilar Ochoa, excelente maestra. Destacan en la historia del Jaime Balmes maestros como Eladio García Barruete, Miguel López Marco, Luis Andreu Tena y Ramiro Jover.

Alumnos que han contribuido a darle prestigio han sido muchos como, por ejemplo, el jurista Francisco Tomás y Valiente y el investigador Julián San Valero Aparisi.

 

Empiezan a utilizarse libros de texto al año 1927, tal como mandaba la ley Moyano. A lo largo del tiempo se han hecho muchas obras en el Balmes y por varias razones.

Destaca la presencia del refugio antiaéreo para el alumnado de Balmes y para la población de la zona. Se construyó en 1937, y en la actualidad está bastante bien conservado y es motivo de gran interés.

En 1939 el director solicita ayudas y permiso para reparar desperfectos en el centro producidas por la guerra Civil.

En el 1940 se pide que se vuelva a construir la cerca por la "conveniencia moral de restablecer la separación de las Secciones de niños y niñas". 1948 se construye el edificio "Maternal".

En 1957 se produjo la riada pero el Jaime Balmes no fue dañado por la catástrofe.

En 1973 se unifican las secciones de chicos y chicas en una agrupación mixta

En el año 1983 se remodeló el comedor y la cocina.

En el año 2001 se inicia el proyecto de ampliación y adecuación del colegio que combina la singularidad del edificio (protegido con nivel 2) con las necesidades de una escuela moderna. Su historia está presente en la actualidad tanto para el edificio y la singularidad de sus fachadas como los muebles y otros objetos de gran valor: armario de la sala de profesores, mesas, sillas; biblioteca de madera tallada, libros de principios del siglo XX; cuadros y esculturas religiosas; relojes de péndulo de finales del siglo XIX: un de caja de madera ubicado en la sala de profesores y otro, llamado de tortuga, con números romanos y decorado con incrustaciones de madera y nácar que se puede ver en el despacho de la Directora.

 

También existe documentación escrita de gran valor como actos y libros de escolaridad que nos trasladan a tiempos pasados.

bottom of page